Normalmente vemos imágenes o cuadros por separado de temas que nos han atraído en nuestra vida pero nunca vemos las dos cosas a la vez, es decir, vemos el cuadro terminado por el artista pero no la fuente que utilizó para pintarlo. En esta ocasión presento las dos cosas, el cuadro y la imagen que utilicé para realizar el óleo que presento a continuación. Como en otras ocasiones no hay que ser estricto en este sentido y ver que tan sólo la imagen es una referencia para el cuadro
A menudo viajo a Cantabria y desde la playa de Somo a la que suelo acudir hay una vista espectacular del perfil de la ciudad de Santander. Cuando el sol se está ocultando se aprecia la silueta a contraluz de toda la ciudad cegando casi nuestra visión y mirando con dificultad la imagen ya que el sol se está poniendo frente a nosotros, es ese preciso instante el que quería pintar con unas condiciones de luz que hace que el mar brille y los tejados del Palacio de la Magdalena también ya que este era el motivo que quería pintar. Entonces hice algunas fotografías ajustando la exposición de la captura de la imagen y realizando varias tomas hasta conseguir lo que consideraba idóneo para el cuadro. La imagen resultante es la que se ve en primera posición.
Como resultado de esta imagen surgió la marina al oleo que presento a continuación. Los colores varían un poco ya que los ajusto a mi idea original que tuve en su momento, al igual que los contrastes. La fotografía no es más que una referencia para el cuadro que es de mucha utilidad y que desde su invención se ha utilizado como el propio Edgar Degas hizo en la madurez de su carrera artística utilizando este medio para crear cuadros con posibles encuadres que le gustaban. La idea de sacar más luz de la propia sombra siempre es atractiva, es decir de la oscuridad se puede sacar mucha más luz que de una escena totalmente luminosa. Si el cuadro que he pintado lo hubiera hecho con luz de mañana es muy posible que no hubiese sido finalmente tan luminoso al iluminar todo el cuadro de modo más homogéneo sin embargo en una escena en la que los tonos oscuros o siluetas predominan los toques de luz cobran mucho más protagonismo en ciertas zonas del oleo como por ejemplo en los tejados, las zonas de los jardines del palacio, los brillos del mar etc..